“¿Biblio…qué?”, “A, sí, eso es lo que estudió mi prima, economía”, “¿Qué estudias, cómo ordenar los libros por tamaño y colores?”, “Bueno, seguro que te has leído todos los libros de la biblioteca”,…Estos comentarios y algunos más, acompañados con cara de asombro, los he ido escuchando a lo largo de mis años de estudiante, e incluso en la actualidad.
Pero, ¿realmente, que es eso de “Biblioteconomía y documentación”? Esta profesión, ¿para qué sirve? Y, la pregunta del millón, ¿qué expectativas laborales tiene?
“Biblioteconomía y documentación” (bibliotecología en los países hispanoamericanos), es el conjunto de actividades técnicas y científicas, que tienen como finalidad el conocimiento de la información, de los materiales en que se presentan (por ejemplo, el libro, una publicación periódica,…) y del lugar en que se hace uso de ella (la biblioteca, el centro de documentación), para responder a las demandas de la información que realiza la sociedad (localizar documentos sobre una materia determinada, para realizar un trabajo de investigación sobre células madres, por ejemplo).
Por tanto, la profesión de bibliotecari@, documentalista o gestor/a de información, sirve para administrar la información contenida en los documentos (engloban una amplia gama de soportes, como el libro en formato tradicional, el DVD, documentos electrónicos,…) que posee una biblioteca, un archivo, un centro de documentación, una empresa,… Además, pone en marcha los servicios necesarios para hacer accesible esa información a l@s usuari@s.
Las expectativas laborales de esta profesión están a la baja: la demanda de profesionales de la información han descendido considerablemente. Para comprobar este dato, podemos ver las ofertas que aparecen en diferentes portales de empleo. Por tanto, un/a buen/a profesional de la información debe mantenerse actualizado/a en el uso de las nuevas tecnologías aplicadas en su área (bibliotecas, archivos, centros de documentación), además de especializarse en un determinado campo (jurídico, científico, social,…).
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Bucarest (Rumanía), agosto 2011.
Foto tomada por Rut R.B. |